DIY cola-cao (o como ser una basurilla)

Me da pena, me da pena tirar un sin fin de cosas y lo que más temo es acabar siendo la vieja de los gatos pero sin gatos. Mi cocina esta repleta de botes de cola-cao que a veces ordeno en pirámides o en torres hasta que se caen y forman montones, y ¿cómo los voy a tirar? ¿es que tú no sabes que con ellos y un poco de pintura puedo hacer unos recipientes para la cocina con los que voy a desbancar a la mismísima IKEA? ¿no lo sabes? huuum, yo tampoco lo tengo claro.
Que digo yo que está bien que recicle, que los pinte, que los reutilice y me haga un DIY bien chulo, pero ¡señor, señor! que después de darles botes a mi madre a mi suegra, para su casa, para el cortijo, para la casa del pueblo, de darle más botes a mi hermana y a mi cuñado, a mi vecina y a mi tía, aun me quedarían para regalar a medio barrio.

Y es que yo suelo bromear diciendo que la planta de reciclaje de mi ciudad esta en mi cocina y si sigues recorriendo mi casa y miras en los altillos de los armarios, bueno eso ya es un festival de luz y de color, que hay más ropa doblada y guardadita y de, nuevamente,¡ ay que pena tirarlo! que la que me voy a poner en todo el año, que vale, que la ropa es de hace diez años pero se ve que estoy esperando a que se haga vintage.

Así que aquí va lo que he hecho con la primera tanda de botes de cola-cao, mal no han quedado aunque como puedo seguir perfeccionando la técnica y el diseño (que material no me falta) puede que tarde o temprano os venga con una segunda entrega.