Como ya os comente aquí, vivir en un piso de alquiler no tiene que significar no hacerlo tu casa en la medida de lo posible.
Ya está, ya tenemos la cocina lista o casi, esto es lo que me ha parecido suficiente para considerarla mía, así a simple vista puede que no os parezca un gran cambio, ni nada del otro jueves y estaré de acuerdo, pero es que antes era un espanto y no quería pasar en ella ni cinco minutos, a las pruebas me remito, a continuación (con algo de vergüenza) el antes:
Ya está, ya tenemos la cocina lista o casi, esto es lo que me ha parecido suficiente para considerarla mía, así a simple vista puede que no os parezca un gran cambio, ni nada del otro jueves y estaré de acuerdo, pero es que antes era un espanto y no quería pasar en ella ni cinco minutos, a las pruebas me remito, a continuación (con algo de vergüenza) el antes:
Los problemas eran varios, no había zona de lavadero porque los dueños decidieron eliminarlo y además sólo dejaron un tendedero minúsculo en el exterior, así que hay que tender dentro y quedaba a la vista. Añadido a esto tenemos falta de espacio y además, todo hay que decirlo, tenía muy mal organizados los armarios, por lo que la cocina tenía cosas por doquier (y no eran precisamente props para fotos).
En el cóctel también teníamos como ingredientes unas lamparas, que tuvieron sus mejores años hace décadas y unos electrodomésticos que, aunque funcionan perfectamente, tenían huellas del paso del tiempo.
Había llegado a odiar ese cuadro, ese enrejado rojo y la silla blanca. Nada podía ser peor así que había que intentar el después:
El lavavajillas esta ahora forrado de vinilo de pizarra y es magnifico para que pinten los sobris cuando vienen a verme y como compañera la lavadora rayada (rayas de cinta aislante super fáciles de hacer)
Sustituir las lámparas fue tan fácil como buscar unos armazones y pintar de negro con pintura en aerosol, colocar unas bombillas de estilo antiguo y contemplar extasiado tu obra.
Sin duda la pieza estrellas es ahora mi aparador, como quería uno que me sirviera para dividir el espacio tenía que ser más alto que los que encontraba a la venta, decidí que lo haríamos nosotros, dos módulos de cocina de muebles altos, porque tiene menos fondo que los bajos, de distinta altura y ancho, con puertas en color abeto y negro con veta de madera, unas patas, estas sí para muebles bajos y unos tiradores semicirculares completaron mi aparador con cierto aire retro.
Al final el enrejado rojo cobro nueva vida y utilidad sólo con unos ganchos, en cuanto al cuadro unas fotos de actores cocinando y adiós flor hortera, como compañía mi pizarra letrero del que os hablé aquí.
Mirad la silla antigua que bien queda con las sillas tower y con la mesa nueva. Como detalle final aunque no lo notéis los cristales de las ventanas llevan un vinilo al acido hasta la mitad para dejar pasar la luz y dar un poco de intimidad. ¿Qué os ha parecido?
Me encanta. Con que poco has conseguido un enorme cambio. Enhorabuena. Ahí está el arte doméstico. Besos a los dos
ResponderEliminarGracias Eva, muchas veces la gente se empeña en tirar y tirar y sólo hay que mirar lo que tienes con ojos nuevos
EliminarUn gran cambio solo tocando algunos detalles. Me gusta mucho el resultado, la lavadora rayada está muy graciosa y el aparador dividiendo los dos espacios está muy acertado.
ResponderEliminarBesitos!
Gracias, al aparador le di muchas vueltas, pero la lavadora fue una cosa de ultima hora porque pensé que no terminaba de estar integrada
EliminarMe gustaron mucho las lámparas de techo
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